Amante de la naturaleza y la agricultura, enamorado de su pueblo, integrante de una de las familias fundadoras de la región; adquiere estas privilegiadas tierras, con una vista espectacular de la Peña de Bernal.
Con apenas 17 años, Don Julián, adquiere este espacio tan especial y con ubicación privilegiada a un costado de la Peña de Bernal (el 3er monolito más grande del mundo), producto de su esfuerzo y disciplina, patrimonio que hereda a sus hijos. Don Julián fallece a los 68 años de edad.
Nuestro fundador decide emprender y crear este mágico espacio, donde nace el anhelo de un hombre visionario para forjar una tradición y un sello que trascienda y logre esa magia característica que implica visitar un espacio único que brinda una experiencia turística, gastronómica y vinícola.